AOVE, BUENAS PRÁCTICAS
Las buenas prácticas realizadas desde el origen en el olivar y en cada parte del proceso de producción es lo que nos lleva a conseguir un AOVE de máxima calidad como es Pradolivo.
Cada una de nuestras variedades de aceituna tiene unas características propias, singulares y únicas que nos dan resultados organolépticos diferentes y especiales. Dedicamos tiempo a su estudio y análisis en nuestras fincas con el fin de hacer la mejor y más óptima gestión de nuestros olivares. Realizamos las labores y cuidados del campo con mimo, esmero, y máximo respeto a la naturaleza.
En Pradolivo apostamos por mantener cubiertas vegetales en nuestros olivares, ya que éstas evitan la erosión del suelo, aportan materia orgánica y además crean un hábitat para los insectos ayudando así a controlar las plagas. Por otro lado, el riego juega un papel fundamental para nuestro olivar. El agua es de vital importancia para un buen desarrollo del fruto, por eso en nuestras fincas tenemos instalado un sistema de regadío durante todo el año.
Además, como agricultores que somos llevamos a cabo todas las labores del campo durante todo el año. La poda es una de las labores más importantes a tener en cuenta, y que influyen en la calidad del AOVE, pues a mayor irradiación solar mejor desarrollo de la aceituna. Es importante que a todas las ramas les entre la luz para así desarrollar un fruto sano y con un calibre óptimo.
Todos estos factores van a contribuir en gran medida a que el olivo esté sano y de él podamos obtener una aceituna con un buen calibre que nos proporcione un AOVE superior organolépticamente.
En Pradolivo, realizamos una exhaustiva selección de las mejores parcelas de nuestras fincas, para luego elaborar nuestro AOVE de mayor calidad. Paralelamente a esto, vamos haciendo analíticas de las diferentes muestras de aceituna para ver cuándo es el momento óptimo de recolección y en qué fecha empezaremos la recogida de la aceituna.
También tenemos en cuenta las predicciones meteorológicas, tanto a nivel de temperaturas como de pluviometría, ya que las inclemencias meteorológicas dificultan a veces el normal desarrollo de la campaña. Para nosotros es importante saber en qué fechas están previstas las lluvias, y qué temperatura hará cuando empecemos la recogida de la aceituna.
RECOLECCIÓN
Una vez seleccionada la parcela y analizadas las diferentes muestras, llevamos a cabo la recolección del fruto, fase de vital importancia.
En Pradolivo, hemos adaptado nuestras fincas con plantaciones modernas con el fin de llevar a cabo una recolección más ágil, óptima y eficaz. Llevamos a cabo esta recogida de forma mecanizada con vibradores autopropulsados. Utilizamos pinzas vibradoras acopladas al tractor con paraguas invertidos que abrazan el tronco del olivo, lo que nos garantiza que en ningún momento la aceituna toque el suelo ni sufra daños.
Es en el mes de octubre cuando se inicia la recolección del fruto, con la aceituna aún verde, justo en el mejor momento, cuando el zumo de aceituna tiene la mejor calidad, pues es el momento óptimo para conseguir un aceite de gran complejidad aromática con un frutado superior.
Empezamos la recolección del fruto de noche o al alba, con los primeros rayos de luz del amanecer, y paramos la recogida en cuanto la temperatura aumenta para evitar que la aceituna se recaliente.
ELABORACIÓN Y OBTENCIÓN
Recogida la aceituna en el campo, en un máximo de dos horas la llevamos a la almazara para su inmediata molturación. Es muy importante que no transcurra mucho tiempo desde la recogida del fruto hasta su molturación si queremos conseguir un AOVE de excepcional calidad. Si dejamos que transcurra mucho tiempo, puede tener lugar el atrojado del fruto, que es la principal razón del aumento de acidez del aceite. El atrojado es el sabor/defecto característico del aceite que se obtiene de aceitunas que se han amontonado y han fermentado.
Con la molturación se rompen las paredes de las células de los tejidos vegetales de la aceituna liberando el aceite que contienen, es cuando se produce el primer contacto de la pulpa con el oxígeno, y se desprenden los primeros volátiles. La extracción la llevamos a cabo a una temperatura inferior a 26°C, extracción que se conoce como extracción en frío y que es como trabajamos en Pradolivo para la obtención de todos nuestros aceites.
Una vez obtenido nuestro Aceite de Oliva, lo diferenciamos y separamos en diferentes depósitos por variedades de aceituna y por estado de maduración.
El almacenamiento de nuestros aceites lo hacemos en bodega donde hay poca luminosidad y la temperatura es constante entre 15⁰C y 18 °C. Los depósitos son de acero inoxidable inertizados para que el aceite esté protegido de la luz y el aire, evitando así el contacto con el oxígeno, asegurando que la calidad de nuestro AOVE se prolongue más en el tiempo.
Algo fundamental para trabajar la calidad de nuestros Aceites de Oliva Virgen Extra es su buena conservación.
Por último, prestamos una especial atención al envasado, utilizando siempre para todos nuestros aceites recipientes opacos, para preservarlos del exceso de luz, ya sea en vidrío, lata o en pet, a fin de garantizar su mejor conservación y mantener así intactas las características organolépticas y físico-químicas de nuestros Vírgenes Extra.